ESTABILIDAD DE LA MARCHA Y APLOMOS.

LOS APLOMOS DEL CABALLO.
Es la forma que tiene el animal de colocar sus miembros o patas en el suelo. Unos malos aplomos predisponen a debilidad,
problemas de carga (cojeras) e interferencia de miembros (alcances). Para poder detectar problemas de aplomos en un caballo no solo hay que observar al caballo parado, si no también en movimiento.
En ambos casos habrá que mirar desde el lateral, delante y detrás. En movimiento hay que verlo en suelo duro y cómo es el movimiento al inicio del tranco, durante la fase de vuelo y cuando apoya.
Son pocos los animales que poseen unas extremidades con una forma perfecta; la mayoría de ellos tienen defectos de poca consideración que solo rebajarían su puntuación en la pista de exhibición, pero que no afectan para nada a su constitución atlética.

Al hablar de aplomos nos referimos a la alineación de las extremidades de los caballos con respecto a una línea imaginaria. Un caballo con las extremidades en equilibrio tendrá un desplazamiento más seguro. La alineación correcta de las extremidades se mide con la ayuda de una plomada.

Los aplomos pueden presentar desviaciones hacia los lados, hacia delante o hacia atrás, por regiones aisladas o en conjunto. ¿Quieres saber cómo se realiza la evaluación de rutina de las extremidades y cuáles son los defectos más comunes?.
LOS APLOMOS DE LOS MIEMBROS ANTERIORES

La plomada se coloca en la punta del hombro —articulación escápulo-humeral— y se deja caer en línea recta hacia el suelo. Para comenzar la evaluación la plomada no debe moverse y debe caer diez centímetros por delante del casco de un animal normal o con buenos aplomos, de no ser así, entonces presenta una mala conformación o defectos en aplomos del miembro anterior. Esto es bastante serio, ya que los caballos sostienen el 60 % de su peso corporal con los miembros anteriores.


















